Hay viajes, y VIAJES.
La luna de miel es el momento perfecto para tirar la casa por la ventana y darnos el capricho de conocer ese destino con el que llevamos soñando tanto tiempo. ¿Qué ocurre? Muchas veces por tiempo, presupuesto o desconocimiento conocemos la cara «A» del destino elegido, cuando con solo rascar un poquito más, daríamos en el centro de la diana, ¡Zas!
Para no liaros mucho, se trata elegir el destino y algo que muchas veces pasa desapercibido y es muy, pero que muy importante: la experiencia que queremos compartir con nuestra pareja. ¡Quéeee ssssí! Ya el viaje es una experiencia es sí misma, pero yo me refiero a algo concreto.
Cuando se produce ese «match» entre el destino + experiencia, las sensaciones se multiplican por mil pasando a convertirse en momentos que quedarán para el recuerdo, y no necesariamente en nuestro smarthphone, ¿lo pillas?
Aquí van 6 experiencias inolvidables -para todos los gustos y colores- , en seis destinos de luna de miel que os tocarán el ❤️ .
CANADÁ – Un Road trip de postal desde Vancouver a las Rocosas
Te proponemos alquilar un coche en Vancouver, poner buena música y conducir durante unas 8 horas hacia el oeste, donde se encuentra el Parque de las Montañas de Rocosas canadienses, un aténtico satuario de la naturaleza. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984 está compuesto por cuatro Parques Nacionales: Banff, Jasper, Kootenay y Yoho, a cual más bonito.
Te esperan paisajes que cortan la respiración, ríos, cascadas, lagos de un color que parece imposible su descripción, densos bosques, glaciares y una enorme diversidad.
Recorre con calma la Icefields Parkway, la carretera que une Jasper con Banff atravesando las montañas a lo largo de 232 km. Está considerada como una de las más espectaculares del mundo.
Imperdibles son las cataratas y el glaciar de Athabasca, The Sunshine Meadows, el Lago Moraine, Peyto y los parques de Yoho, Glacier y Revelstoke.
Lo más importante, respeta siempre los límites de velocidad porque los osos grizzly no entienden de señales.
KIOTO – Conviértete en Maiko, Geisha o Samurai durante unas horas
Kioto es el viejo Japón escrito en grande: templos tranquilos, jardines sublimes, santuarios de colores y geishas paseando por las calles del distrito de Gion o los alrededores del templo Kiyomizu-dera. Es una ciudad rodeada de montañas y tiene el tamaño perfecto para aquellos que os guste andar en bicicleta.
Una de las experiencias más inolvidables que brinda Kioto es convertirse por unas horas en maiko –aprendiz de geisha-, Geisha, o samurái. ¡No todos los días se tiene la oportunidad de vestir un auténtico kimono japonés! -No te haces una idea de lo que pesa, al igual que la peluca-. Luego te colocan el obi bien apretado y finalmente –esto es toda una hazaña- te pones las okobo o sandalias tradicionales con los calcetines ninja.
Para ello no es necesario hablar japonés, ni ser un experto en la ceremonia del té, en Ikebana (arreglos florales) u otras artes tradicionales de las que pueden presumir las geishas después de años de práctica. ¡Disfruta de una experiencia única en tu luna de miel en Japón!
HAWAII – El mejor trail del mundo
Para los excursionistas más experimentados la isla de Kauia en Hawaii ofrece una de las experiencias naturales más veneradas.
Famosa por su belleza, el Kalalau trail discurre a lo largo de la costa Na Pali, en hawaiano significa “los acantilados”, desde Kee Beach hasta el Valle Kalalau. Los 18 km de sendero son como una suave montaña rusa con muchas curvas en los que irás encontrando plantas nativas raras, reliquias arqueológicas, cementerios secretos de los jefes de alto rango y cientos de cascadas a cual más bonita, como Hanakoa Fall.
La ruta se suele realizar en 3 ó 4 días, acampando en los lugares acondicionados para ello. Como consejo, no te olvides de la cámara de fotos, de madrugada podrás ver la vía láctea en todo su esplendor.
ZANZIBAR – Avistamiento de delfines en Kisimkazi
Zanzíbar acostumbra a ser el final de un viaje a Kenia o a Tanzania. Y, como tal, cuenta con todo lo que excita la imaginación del viajero: tiene historia, playas paradisíacas y naturaleza.
Una joyita que surge de las cristalinas aguas azules de océano Índico y atrapa a sus visitantes por sus cocoteros, que se mecen con las brisas tropicales; sus onduladas y amables colinas, algunas cubiertas con selva autóctona; y la abundancia de arrecifes de coral que rodean la isla y que son un sueño para cualquier buceador.
Heredera de un pasado swahili que aún se manifiesta en su capital Stone Town declarada Patrimonio de la Humanidad, la ciudad es famosa entre otros, por la belleza de las puertas de las casas muchas de ellas labradas a mano. Con un ambiente muy marcado, las calles están llenas de rincones pintorescos. Debe recorrerse el casco antiguo y visitar sus palacios y museos, viejas mezquitas, antiguos baños, el primitivo fuerte frente al mar, el palacio del Sultán…
Embárcate en un dow para realizar una de las excursiones más típicas: el avistamiento de delfines en Kisimkazi. Pero si lo tuyo es el buceo, acércate hasta Prison Island, donde se confinaba a los esclavos más rebeldes y descubre las famosas tortugas gigantes.
MYKONOS – La puesta de sol desde la pequeña Venecia
Con hermosas casas encaladas, calles laberínticas y puertas y balcones de colores, en Chora la capital de Mykonos se encuentra una de las estampas más bellas y preferidas de cualquier turista, “la Pequeña Venecia”.
Construida prácticamente sobre el mar, la arquitectura de estas casas es completamente diferente a la que podemos ver en el resto de la isla debido a que los piratas guardaban el fortín en despensas subterráneas a las que accedían a través de puertas que daban directamente al mar.
Mikonos también es famosa por sus vientos. El Meltemi llega a soplar de 200 a 300 días al año, lo cual tampoco está mal para rebajar la sensación de humedad y calor del verano. De hecho los cinco pintorescos molinos de viento que aparecen en muchas fotografías, constituyen todo un símbolo para la isla. Colocados en un punto estratégico del Mar Egeo, la puesta del sol desde esta zona es tan romántica como inolvidable.
Como recomendación, cuando sople el viento más fuerte acercaos a las playas del sur, que están más cobijadas y no resulta tan molesto.
PRASLIN (SEYCHELLES) – Descubre una réplica del Jardín del Edén
Cuando elegimos pasar nuestras vacaciones en Seychelles es fácil saber lo que vamos a encontrar: un pequeño paraíso. Praslin tiene esas playas de catálogo donde cualquier sitio sería perfecto para tumbarse al sol y empezar una buena novela, pero si de verdad quieres experimentar algo parecido al Nirvana, coge el camino -mejor en bici- que atraviesa las plantaciones de coco hasta las calitas de Anse Source d` Argent. ¡Son una verdadera maravilla!
Aquellos con ganas de explorar el corazón más genuino de la isla tienen una excursión imperdible en el Valle de Mai. Esta reserva natural declarada en 1983 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco es conocida por ser la réplica del Jardín del Edén. Entre otras variedades, el parque posee la mayor concentración de palmeras endémicas productoras del coco de mer, el símbolo nacional del país.
Cuenta la leyenda que debido a este curioso fruto, semejante a la pelvis femenina, la gente empezó a creer que se trataba del mismísimo árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, y con ello, que el Valle de Mai fue asiento del Paraíso Terrenal. El coco de mer puede llegar a pesar hasta 20 kg y con casi 4.000 ejemplares de estas palmeras en el valle, recomiendan no salirse de los senderos y rutas señalizados.
¿Ya tienes en mente un destino y una experiencia para disfrutar en pareja en vuestra luna de miel?
