Quienes ya han podido disfrutar de las bondades de esta magnífica isla saben que Cuba es mucho más que Fidel Castro, los puros, edificios coloniales, coches clásicos, y buenas playas. El sabor de La Habana se respira en las calles.
Exótica como ella sola, la isla vibra al compás de la rumba y el reggae, y se deja conocer gracias a la cercanía de sus amables y alegres habitantes.
Súbete a uno de sus famosos cocotaxis y adéntrate en la Habana Vieja más auténtica.
Siendo la Habana la ciudad más grande del Caribe, sorprende porque su centro histórico no soporta la congestión del tráfico ni la aglomeración de comercios que se pueden encontrar en otras ciudades latinoamericanas.
Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1982 la Habana Vieja (también conocida como Habana Colonial) es una visita indispensable. Acércate a los alrededores de la plaza de San Francisco de Asis y alquila uno de los famosos cocotaxi para recorrer cómodamente esta zona.
Descubre la Plaza Vieja, la Plaza de la Catedral, el Museo del Ron, y la feria de artesanía que montan en la Plaza de Armas donde seguro que encuentras buenos recuerdos para traerte de vuelta.
Deja tiempo para visitar El Capitolio y el parque de la Fraternidad, el Museo Nacional de Bellas Artes, la plaza de la Revolución donde ondea la bandera cubana y se encuentra el famoso relieve escultórico del Che Guevara, pasea por el barrio residencial del Vedado y por el Malecón al atardecer…
Y por supuesto no puedes perderte sitios tan emblemáticos como la Floridita o la Bodeguita del Medio el bar más famoso de la Habana gracias a Ernest Hemingway y otras personalidades, un espectáculo en el mítico Club Tropicana y darte un homenaje de langosta y camarones en algún paladar.
Viajar a Cuba es como un flashback en el tiempo, franquicias que han globalizado el mundo entero no han podido poner sus pies en este paraíso que todavía se mantiene virgen, y apartado de las tendencias que mueven el resto del mundo. ¡A qué esperas para descubrirla!